DESINFECCIÓN |  | Caminamos hacia las duchas… De nuevo nos alinearon sin reparar en nuestra irreconocible imagen, miramos angustiados hacia el techo y, con gran alivio, comprobamos que de las duchas salía agua, agua de verdad. | |
| MI MADRE LA VIDA |  | Nunca olvidaré como ella, con un grito que le brotaba de lo más profundo de su ser, y que solo puedo calificar de fervoroso, dijo: Sí, sí, yo te bendigo, y luego me dio la bendición. | |
| PRIMERAS REACCIONES |  | Otra sensación se apoderó de nosotros: la curiosidad […] Esta fría curiosidad predominaba en Auschwitz. Con ella lográbamos distanciar la mente de la realidad circundante y así se facilitaba el contemplar lo real con una cierta objetividad. | |
| LA EXISTENCIA DESNUDA |  | El cuerpo, sin pelo y nada más. Nada. Tan solo, poseíamos la existencia desnuda. ¿Quedaba algún vínculo material con nuestra existencia anterior? | |
| LA ANESTESIA EMOCIONAL |  | Y la vaga sensación de que a uno ya no le importará nada, constituyen los síntomas característicos de la segunda fase de las reacciones psicológicas de los internados de los campos. Esa apatía emocional le permite permanecer insensible ante los continuos sufrimientos diarios. | |
| LA VIDA EN EL LAGER |  | El aspecto más lacerante de los golpes era el INSULTO […] la APATÍA funcionaba como un mecanismo inevitable de autodefensa. La realidad se desvanecía ante nosotros, el mundo emocional se amortiguaba y todos los esfuerzos se concentraban en una única tarea: CONSERVAR nuestra vida | |
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ONANISMO DEL ESTOMAGO |  | Cuando desparecían por completo las últimas capas de grasa subcutánea, y presentábamos la apariencia de esqueletos con pellejos y andrajos, comenzábamos a observar como nuestros cuerpos se devoraban a sí mismos…” | |
| CUANDO TODO SE HA PERDIDO |  | Si por aquel entonces hubiera conocido la muerte de mi mujer, creo que aún así me habria entregado _ insensible a la realidad _ a la contemplación de su imagen y mentalmente habría conversado con ella con la misma viveza y satisfacción | |
| MONOLOGO AL AMANECER |  | Mientras trabajaba, mi imaginación se escapó otra vez a conversar quedadamente con mi esposa, o tal vez, intentaba escudriñar la razón de mis sufrimientos, de aquella lenta agonía | |
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